No quería dejar pasar la oportunidad de crear reflexión y aportar un poquito en este día que tal vez muchos pueden etiquetar como popular, comercial, etc., me refiero claro al Día del Padre. El que sea un día comercial no quiere decir que no podamos sacarle provecho para nuestro crecimiento mental y espiritual, ¿verdad?
Acá voy a escribir algo que puede sonar algo trillado: "no es cosa de un sólo día, sino de todo el año". A su modo, nuestros padres, o quienes tomaron su figura, nos educaron y proveyeron de lo que sentían que necesitábamos, muy a su modo y a como el mundo les daba a entender las cosas. Recordemos que para ser padre no hay experiencia previa y no hay entrenamiento más que lo que los libros u otros puedan enseñar.
Recordemos que también nuestros padres nacieron en otra época donde los conceptos de los valores, creencias, y la concepción de la vida misma eran muy distintos. Parte de nuestra liberación emocional consiste no en entender, sino en comprender a los demás, y en eso debemos comprender a nuestros padres, con quienes por regla de desarrollo no deberíamos de coincidir en muchas cosas. Veo con más preocupación a un individuo adulto que nunca tiene diferencias con su padre, que siempre es complaciente con él; que a alguien que desafía constantemente las creencias y pautas que marcan sus padres, claves en nuestro desarrollo, maestros de la vida.
Honremos pues a nuestro padre.
Aquí les dejo un pequeño video que me gusta mucho y que quizá algunos ya conocen, vale la pena verlo, y si ya lo viste alguna vez, volverlo a ver el día de hoy, digamos que un día simbólico. Una reflexión profunda a raíz de mirarlo está casi garantizada.
¡Continúa avanzando!
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