lunes, 10 de junio de 2013

Aprendiendo a pensar en positivo





Una de las primeras cualidades o características que debería tener una persona que desee ser libre mental y emocionalmente es la capacidad de pensar en positivo. Según estudios de neurociencia, nuestro cerebro, con todos sus cambios evolutivos, siempre se ha dado a la noble tarea de protegernos de peligros potenciales, sin duda éste es un rasgo que permitió a los seres humanos, físicamente frágiles y vulnerables, sobrevivir a los múltiples riesgos y peligros que han amenazado alguna vez con terminar con la vida del hombre sobre la Tierra. Tal sería la razón por la cual tendemos siempre a estar evaluando constantemente, casi siempre "a la mala", pensando mal, o notando más lo que nos afecta que lo que nos beneficia.

Daniel Goleman, autor que consolidó el concepto de Inteligencia emocional señala en su obra que muchas personas con altos niveles de inteligencia frecuentemente se ven aventajados en calidad de vida y logro de metas por otras personas con menos habilidades intelectualmente hablando, pero con una mayor resiliencia, pensamiento adaptativo, y manejo de las emociones. El pensamiento positivo contribuye en gran parte a esto.

Nuestra mente es muy hábil a veces en hacernos sentir mal, enfocando siempre en lo malo y minimizando lo bueno. Incluso malas experiencias pueden ser positivas con el enfoque adecuado. Existe lo que es el "locus de control" el cual se puede dividir en interno y externo. Las personas que sienten que tienen control sobre su vida tienen un locus interno. Las personas que atribuyen sus sucesos y eventos en su vida a factores ajenos, como la suerte, el destino, u otras personas tienen un locus externo. Cómo ser humano libre, debemos aprender a tener un enfoque flexible.

Muchas veces es nuestra propia rigidez mental la que nos produce malestar. Simplemente no podemos aceptar fácilmente el que cosas desagradables o molestas sucedan en nuestra vida de cuando en cuando. Y cuando nos suceden, tenemos actitudes improductivas, cómo quejarse de todo, estar "de genio", o simplemente quedarnos pasivos sin hacer nada, pensando hacia adentro lo malo que puede ser el mundo.

Cambiar el vitral con el que vemos las cosas no es fácil de entrada, necesitas crear un hábito lo suficientemente consistente para que percibas los beneficios de pensar positivamente y fijarlo a tu estilo de vida, que se volverá más activo y productivo. Fluir a través de la vida y aceptar su ir y venir con buena actitud es uno de los mejores regalos que podemos hacernos a nosotros mismos, y que muchas personas jamás llegan a conseguir en sus vidas. El pensamiento positivo puede ayudarnos a llegar más lejos que otros, además de darnos una mejor calidad de vida... ¡nos lleva a la libre mente!

Puedo adelantarles que en este blog tocaremos múltiples veces el tema del pensamiento positivo. A través de varias técnicas conseguirás romper antiguos patrones de pensamiento que hacen daño y cambiarlos por otros pensamientos más brillantes, positivos, desarrolladores. Será genial y estoy seguro que a muchos les gustará. 

Por ahora les dejo algunos tips para comenzar ya a pensar positivamente:

  1. Ten calma. Un estilo de vida más agitado de lo que tu mente y cuerpo pueden soportar puede conducirte a pensamientos nocivos que socavan tu espíritu. Tomate espacios en el día para despejarte un poco. Diversos estudios laborales de ergonomía y productividad nos indican que por cada 90 minutos de trabajo requerimos 10 de descanso. Aprende a ser efectivo y modera tu ritmo de trabajo. Si es muy acelerado tal vez deberías replantear algunas cosas en tu vida.
  2. Haz ejercicio. Caminar 15 minutos al día puede hacer la diferencia. Si no tienes tiempo puedes probar con ejercicios suaves en la oficina, en internet hay muchos sitios de ejercicios que te activan sin tener que salir de tu cubículo o molestar a otras personas en tu trabajo. El ejercicio puede ayudarte a aumentar tu resistencia física y tu concentración; las endorfinas que produce el cuerpo te hacen sentirte mejor, además mejoras tu salud y eres más resistente a enfermedades... ¡a qué esperas!
  3. Come bien y evita los vicios. A veces me sorprendo de ver como las personas maltratan su cuerpo sin darse cuenta. No saben cuanta gente conozco que nunca desayuna antes de salir por la mañana a trabajar. ¡Y cuantos desayunan una rosquilla o galletas de chocolate! Otros nisiquiera desayunan pero se fuman un cigarro camino al trabajo, lo que es mil veces peor. Un desayuno ausente o muy pesado te pueden volver cansado e irritable. Incluye fruta en tu desayuno, toma más agua, procura los cereales en la mañana (obvio no te busques los más azucarados del mercado). Con el tiempo te sentirás mucho mejor y por ende tu diálogo interno mejorará. De los vicios ni digo nada, seguro ya lo sabes ¿qué no?
  4. Duerme bien. Has pruebas con tu cuerpo probando diferentes cantidades de horas y apégate al horario que te haga sentir mejor. Conozco personas que con 4 horas de sueño se sienten genial. También he conocido personas que con 8 horas aún les resta sueño. ¿Sabías que Albert Einstein necesitaba 11 horas de sueño diarias? Caras vemos, horarios de sueño no sabemos.
  5. Rodéate de buenas compañías. Un amigo bien elegido puede apoyarte moralmente cuando más lo necesitas. Buenas amistades pueden recargar nuestras energías y llenarnos de positivismo y alegría. Por el contrario existen personas "tóxicas" que generan vacíos emocionales y desgastan nuestra energía interna. Las personas tóxicas casi siempre están tristes o cabizbajas y siempre te cuentan sus quejas o desgracias. Si bien todos necesitamos de apoyo y consuelo de vez en cuando, cuando se vuelve una constante termina por resultar muy cansado para el amigo que sirve de soporte. Si cuentas con varias amistades de este tipo considera seriamente alejarte.
  6. ¡Aprende a meditar! Meditar es una técnica asombrosa. Más adelante en este blog enseñaré algunos tips para aprender a meditar si no sabes. Meditar produce cambios físicos en nuestro cerebro, siempre para bien.
Hay otros tips, pero prefiero mostrarlos más adelante. Si quieres pensar más positivamente creo que ya tienes mucho que hacer.

¡Wow! Hoy me he extendido bastante. Tengo muchísimo material que compartirles. Ya verán que cambiaremos vidas para bien... ¡ya verán! 

¡Adelante pues!  

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