viernes, 5 de julio de 2013

Conociendo tus límites


Una de las fallas más grandes que puede tener un proceso de liberación mental es plantear a la persona que ayudamos, la premisa: "tu potencial no conoce límites, tu puedes lograr absolutamente lo que sea". Si bien trabajar en torno a esa afirmación puede ser motivador y hasta liberador en el corto plazo, en el largo plazo puede llevarnos a un camino lleno de desaliento y frustración. 

Un verdadero proceso de liberación incluye el conocer tus límites, aprovechar tus fortalezas al máximo, y buscar siempre los elementos necesarios para empujar las fronteras de tus límites lo más lejos que puedas. El esquema SMART, planteado por Paul J. Meyer en su libro "¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?" menciona que las metas deben ser:

ESpecíficas
  Medibles
  Alcanzables
  Relevantes
  Tiempo (medibles en plazos de tiempo)

Poner límites y plazos a tus sueños los transforma en metas alcanzables, que pueden llevarte a alcanzar la gloria personal, ¡la liberación mental!

Para conocer tus límites necesitas una buena dosis de autoconocimiento, y para alcanzar ese autoconocimiento no tienes otra opción que poner a prueba tus capacidades y llevarlas hasta el punto máximo. El peor límite que puedes ponerte es el autoimpuesto, que no está comprobado en vivo, pero que tú solito te planteas que no podrás lograrlo sin siquiera intentarlo. Evítalo a toda costa. Por otra parte, tus fortalezas serán tu arma principal para salir adelante en la realización de tus metas (sueños en movimiento), sin duda debes utilizarlas como palanca para empujar tus áreas de oportunidad o de mejora.

Para conocer y por lo tanto marcar tus límites para comenzar a trabajar en superarlos no hay camino fácil: debes asumir los riesgos que conocer tus límites conlleva, y una vez alcanzados, aceptar libremente que aunque somos humanos y somos increíbles, somos seres físicos con una determinada capacidad y un determinado límite, que podemos elevar hasta un determinado punto. El camino a la liberación mental implica conocer y aceptar nuestros límites y nuestro marco de acción para con ellos, con humildad y en paz.

Una persona de libre mente podrá conocer sus límites, pero también ser lo suficientemente atrevido a retarse continuamente y mejorar su marca personal, una capacidad que no se utiliza se atrofia, y el conocimiento que no se usa se olvida; por lo tanto retarnos a nosotros mismos para mantener los límites en el mismo lugar o más allá, y no ceder terreno y reducir nuestro margen de acción, esto es: límites que no se enfrentan con el tiempo aumentan de tamaño y reducen nuestro espacio, se vuelven más complejos. Si hablar en público te aterroriza y no haces nada por solucionarlo, porque tu profesión o tu empleo no lo requieren aún (p ej: eres analista y tu trabajo es casi en solitario), eventualmente tendrás que hablar ante una audiencia y te sentirás aún más amenazado. Si hacer ejercicio no es lo tuyo, mejor empezar a hacer ejercicio poco a poco que años después, cuando tengas una condición o salud más deteriorada consecuencia de no hacer ejercicio. ¿Capisci?

Conoce tus límites, establece tus metas, aprovecha tus fortalezas. Arma tu estrategia y supera tu propia marca. Y no olvides celebrar tus logros. Habrás alcanzado la libertad mental, la libertad del alma.

 ¡A seguir avanzando!


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